lunes, 22 de diciembre de 2014

Feliz Navidad queridos lectores.

A todos aquellos que son capaces de amar sin mentir. A los sinceros. 
A los que comparten sin mezquindad. A los generosos. 
A quienes no tienen prejuicios ni causan dolor. A los altruistas. 
A quienes respetan a todos los seres humanos. A los bondadosos. 
A los que protegen a los animales y cuidan del planeta. A los entregados. 
A quienes anteponen la amistad a cualquier ambición bastarda. A los amigos.
A todos aquellos que trabajan por la paz. A los topos.

A todos, 
BIENVENIDOS a mi vida.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Dibujo del cuento de la hermana de la Fernanda

Corrimos a preguntar a la señora Fernanda si sabía algo de espectros.
—Fernanda...¿Usted conoce algún fantasma?
La mujer dejó a un lado la colcha de ganchillo que estaba tejiendo y nos contó:
Una vez, hace muchos años, conocí uno pero no sabíamos que no era un vivo hasta mucho después.
Mi hermana la Adela, que siempre había sido la más fea de la familia, se ocupaba de limpiar la capilla del cementerio. Vivíamos en un pueblo muy pequeño y el campo santo también lo era, entonces las familias se hacían enterrar todas juntas en panteones por eso ocupaban menos sitio en el cementerio.
Como iba diciendo la Adela cruzaba por el cementerio todos los días hasta la capilla cuando observó que una de las tumbas solitarias estaba muy sucia, las arañas la habían ocupado por completo y el polvo de los siglos cubría hasta la foto y el nombre del difunto.......

jueves, 4 de diciembre de 2014

Dibujo del día que murió la sra Genoveva

Cuando las mujeres ya llevaban un buen rato en casa de la Genoveva que vive en el número diecinueve, sacaron una mesita cubierta con un mantel negro a la calle junto a su puerta y encima colocaron un libro y una pluma para escribir. Las personas se acercaban y dibujaban cosas en el libro así que nosotros hicimos lo mismo. Hicimos unos dibujos preciosos, bombas, explosiones, aviones tirando bombas, aviones explotando en el cielo… Hasta el Comemierdas hizo un garabato. Nuestros dibujos no le gustaron a nadie.

—Estos chiquillos que no respetan nada —decían algunos.
—¿Cómo se les ocurre?
—Una buena zurra os tienen que dar vuestros padres.
El señor Félix tomó el libro y miró atentamente lo que allí dibujamos.
—Son niños y estos son malos tiempos para los niños. No querían faltar el respeto a la finada. Guarda este libro que algún día cuando éstos —dijo el hombre señalándonos— sean viejos será testimonio de lo que vivimos.
Menos mal que no pasó nada a pesar que no comprendíamos nada de lo que estaba pasando. ¿Si todos dibujaban cosas porque nosotros no?

Creo, no obstante, que si llega a ser la Fernanda nos sacude una buena colleja a todos.